Excusas y razones

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chuancar
7 Julio 2014

     Hola de nuevo a todos/as.

     Habrá un buen puñado de razones médicas que demuestren que  fumar no sólo no reduce el estrés, sino que seguramente crea las condiciones para incrementarlo. Durante varios meses estaba seguro, sin embargo, que me ayudaba a tolerar la tensión del trabajo. Bueno, el efecto placebo se basa precisamente en eso, ¿ no? Pero ¡ zas ! ... de repente ha desaparecido esa placenta dentro de la cual , calentito, me refugiaba ,  y me veo otra vez como ingrávido , expuesto a los elementos, y preguntándome " ¿ Y ahora qué, muchacho? "

     Cuando empezamos a fumar pulsamos una tecla en alguna parte del cerebro que nunca debimos haber activado. Mientras a unos nos martillea constantemente - porque nos dejamos llevar por su sonido- , para otros de vosotros/as  ya se ha convertido en un eco lejano y ,en el caso de los exfumadores más veteranos, sólo podría reverdecerse con una psicofonía. Yo busqué durante tiempo otra tecla neuronal que sirviera de antídoto, pero he llegado a la conclusión de que, al menos en mi caso, no existe.

     Lo digo tras leer el post " Frases que animan a no fumar". Son buenas y disparan desde muchos ángulos, pero creo que me he vuelto refractario a esas balas ante las cuales me expuse , ilusionado, en campo abierto. Si el corazón tiene razones que la razón desconoce ... en fin ... en este aspecto el mío no las encuentra.

    Por lo tanto, acudamos a lo estictmente objetivo : fumar es caro, engorroso e insalubre , cada uno/a que las coloque en el orden que considere. Esas sí son razones claras, mondas, lirondas e inequívocas.

     Luego sólo me queda el ... " ¿ Y ahora qué, muchacho? " 

      Un saludo a todos/as. Celebro vuestra persistencia y os envidio la fé. 

              Juancar