No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

Imagen de Sedante
Sedante
21 Abril 2015

El título de esta entrada es de una canción de Joaquín Sabina: "Con la frente marchita". Me sirve como excusa para compartir con vosotros mis sensaciones 15 meses después de la liberación por parte de las fuerzas aliadas capitaneadas por el sentido común del campo de autodestrucción del tabaquismo.

Pues de vez en cuando y pese al tiempo considerable, me vuelve la falsa añoranza de esa necesidad o premio que antes recibía tras realizar algún tipo de actividad, fuera cual fuera. Si llevas poco, no te asustes, es algo muy suave y fácilmente soportable jejeje. Cuando afloran esos pensamientos de añoranza es importante que actúen los anticuerpos de la sensatez para desmontar cualquier quimera o espejismo. No podemos bajar la guardia por mucho tiempo que haya pasado, pues como ya he repetido en otras ocasiones, la distancia al fracaso es tan escasa como una sola calada. Por lo tanto y como ningún premio te puede hacer esclavo, añorar la esclavitud es absurdo. Un día decidí dejar de fumar para recobrar mi libertad y no pienso volver a perderla añorando algo que nunca jamás sucedió.

PD: Gracias por leerme. Si estás empezando en ganar la batalla, mucho ánimo, lo vas a conseguir seguro!